jueves, 27 de diciembre de 2012

CONICET: Jóvenes científicos denuncian que el Conicet "expulsó" a 900 becarios


Este año, el Estado otorgó 604 cargos para cinco áreas de 22 disciplinas de la ciencia y la tecnología
Por Fabiola Czubaj  | LA NACION
   
Por segundo año, la agrupación que reúne a unos 300 científicos jóvenes denunció que la convocatoria 2012 del Conicet para ingresar a la carrera de investigador "deja a 900 doctores (en distintas especialidades de las ciencias) fuera del sistema".
La delegada de Jóvenes Científicos Precarizados (JCP) dijo ayer durante una conferencia de prensa que "se repite el panorama de 2011, cuando 904 doctores con entre cinco y siete años de trabajo no ingresaron a la carrera sin justificación ni resarcimiento". Es que los becarios tienen dedicación exclusiva durante la duración de la beca y sólo se les permite la actividad docente universitaria. Pero, se pudo saber, a partir de este año se les permitiría enseñar en colegios secundarios.
"Es dramática la situación de nuestros colegas porque quedan en la calle, sin una respuesta del Conicet, que es el responsable de la evaluación de los postulantes para ingresar a la carrera de investigador, o del Ministerio de Ciencia y Tecnología sobre qué hacer", agregó Lucía Maffey, que es bióloga y becaria doctoral del Conicet en el INTA. "Esto promueve el deterioro continuo del sistema científico público. Se cierran líneas de investigación y quedan equipos de trabajo desmembrados", sostuvo.
A la convocatoria estatal de este año para que los doctores formados en las distintas especialidades, desde la astronomía hasta la veterinaria o la biotecnología, comiencen su carrera de investigador de planta se presentaron 1600 postulantes. El proceso de evaluación consta de varios pasos. El reclamo de JCP es poder acceder al ranking y sus modificaciones en cada uno de esos pasos.
"Cualquier institución transparente mostraría la discusión. En este caso, los candidatos sólo reciben un puntaje final y un dictamen sobre el rechazo", contó un becario que trabaja en el área de ciencias médicas.
"De a poco -reconoció Pablo-, logramos pequeños avances, pero la información que se muestra tanto de los criterios de evaluación de las comisiones de cada disciplina como del orden de mérito cuantificado siempre es incompleta. Y esto es algo que ya existe, para lo que no tendrían que utilizar más dinero o tener más trabajo. Sólo pedimos que lo muestren."
Una socióloga especializada en cuestiones de género que fue rechazada en la convocatoria 2012 aseguró que "los criterios de evaluación en Ciencias Sociales y Humanidades no son tan claros como en otras áreas". Mariana comentó que envió un correo electrónico al Conicet para conocer su puntaje y le respondieron que la evaluación no era numérica, sino cualitativa.
Hernán Palermo, que se autocalificó "uno de los 900 expulsados", sostuvo: "No es verdad que a los doctores altamente especializados y requeridos en el exterior por la calidad de la formación, que durante cinco o siete años financia el Estado, tengan salida laboral en las universidades, el sector privado o los municipios, como nos responden, porque no hay una articulación entre el Conicet y otros ámbitos de trabajo".
En el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL-Piette) del Conicet, Hernán investigó distintos aspectos asociados con el trabajo en YPF. "Ahora, tendría que salir a hacer lo que en antropología denominamos «antropochangas», que consiste en un itinerario laboral muy flexible, altamente precario y, a veces, monotributista", dijo.
Desde el Conicet, precisaron ayer que este año se otorgaron 140 cargos en las cuatro grandes áreas de investigación distribuidos proporcionalmente entre las distintas disciplinas. Los 44 cargos restantes (del total de 604) fueron en tecnología. "No existe un sesgo en la asignación de cargos", afirmó el presidente del Conicet, Roberto Salvarezza.
"El Conicet otorga becas para el doctorado de las universidades nacionales porque la Argentina necesita más doctores [...] Hay una fracción que el Conicet recupera para seguir generando conocimiento y el resto tiene que impactar en las demás áreas del país -añadió-. Tendrían que estar trabajando en ministerios, municipios y el sector privado. El doctor es un profesional altamente capacitado y el título tendría que ser un plus para su calificación en la selección laboral."
Explicó que de los 1600 postulantes evaluados, 130 obtuvieron una recomendación para continuar su proyecto de investigación propuesto en el sistema público y, aun así, no ingresaron. "Hubo 800 que no estaban recomendados y no ingresaron", dijo Salvarezza. Aclaró que el problema es que "se interpreta que una beca es necesariamente un empleo [...] El becario es para el organismo un estudiante de doctorado. Es una beca, no un sueldo".
Adelantó que este año les darán a los becarios cobertura de obra social (muchos manipulan muestras de sangre, virus o bacterias) y que se modificará el reglamento de becas "para que en las 9 horas de docencia universitaria que tienen que cumplir puedan dar clases en colegios secundarios". Y dijo que se le está entregando a YPF el listado de doctores que no ingresaron a la carrera. "Los doctores difícilmente quedan desocupados -agregó-. Muchos tienen cargos en las universidades. Mejorar el sistema tiene sus tiempos y hay que mejorarlos."
Los integrantes de JCP argumentan que necesitan dar clases en colegios porque no hay cupos rentados, o son muy pocos, en las universidades. "Nos dijeron que tenemos la culpa de no ser proactivos -dijo Pablo-, pero hay muy poca oferta laboral y es especialmente de técnicos. Me hubiesen avisado antes y me pagaba yo, y no el Estado, una tecnicatura [...]. Estos años se otorgaron muchas becas de doctorado y se generó un cuello de botella. Hasta que no haya espacios para que esos doctores puedan trabajar, el Estado no puede desentenderse del problema", opinó Pablo

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