Este año, el Estado otorgó 604 cargos para cinco áreas de 22
disciplinas de la ciencia y la tecnología
Por Fabiola Czubaj | LA NACION
Por segundo año, la agrupación
que reúne a unos 300 científicos jóvenes denunció que la convocatoria 2012 del
Conicet para ingresar a la carrera de investigador "deja a 900 doctores
(en distintas especialidades de las ciencias) fuera del sistema".
La delegada de Jóvenes
Científicos Precarizados (JCP) dijo ayer durante una conferencia de prensa que
"se repite el panorama de 2011, cuando 904 doctores con entre cinco y
siete años de trabajo no ingresaron a la carrera sin justificación ni
resarcimiento". Es que los becarios tienen dedicación exclusiva durante la
duración de la beca y sólo se les permite la actividad docente universitaria.
Pero, se pudo saber, a partir de este año se les permitiría enseñar en colegios
secundarios.
"Es dramática la situación
de nuestros colegas porque quedan en la calle, sin una respuesta del Conicet,
que es el responsable de la evaluación de los postulantes para ingresar a la
carrera de investigador, o del Ministerio de Ciencia y Tecnología sobre qué
hacer", agregó Lucía Maffey, que es bióloga y becaria doctoral del Conicet
en el INTA. "Esto promueve el deterioro continuo del sistema científico
público. Se cierran líneas de investigación y quedan equipos de trabajo
desmembrados", sostuvo.
A la convocatoria estatal de este
año para que los doctores formados en las distintas especialidades, desde la
astronomía hasta la veterinaria o la biotecnología, comiencen su carrera de
investigador de planta se presentaron 1600 postulantes. El proceso de
evaluación consta de varios pasos. El reclamo de JCP es poder acceder al ranking
y sus modificaciones en cada uno de esos pasos.
"Cualquier institución
transparente mostraría la discusión. En este caso, los candidatos sólo reciben
un puntaje final y un dictamen sobre el rechazo", contó un becario que
trabaja en el área de ciencias médicas.
"De a poco -reconoció
Pablo-, logramos pequeños avances, pero la información que se muestra tanto de
los criterios de evaluación de las comisiones de cada disciplina como del orden
de mérito cuantificado siempre es incompleta. Y esto es algo que ya existe,
para lo que no tendrían que utilizar más dinero o tener más trabajo. Sólo
pedimos que lo muestren."
Una socióloga especializada en
cuestiones de género que fue rechazada en la convocatoria 2012 aseguró que
"los criterios de evaluación en Ciencias Sociales y Humanidades no son tan
claros como en otras áreas". Mariana comentó que envió un correo
electrónico al Conicet para conocer su puntaje y le respondieron que la
evaluación no era numérica, sino cualitativa.
Hernán Palermo, que se
autocalificó "uno de los 900 expulsados", sostuvo: "No es verdad
que a los doctores altamente especializados y requeridos en el exterior por la
calidad de la formación, que durante cinco o siete años financia el Estado,
tengan salida laboral en las universidades, el sector privado o los municipios,
como nos responden, porque no hay una articulación entre el Conicet y otros
ámbitos de trabajo".
En el Centro de Estudios e
Investigaciones Laborales (CEIL-Piette) del Conicet, Hernán investigó distintos
aspectos asociados con el trabajo en YPF. "Ahora, tendría que salir a
hacer lo que en antropología denominamos «antropochangas», que consiste en un
itinerario laboral muy flexible, altamente precario y, a veces,
monotributista", dijo.
Desde el Conicet, precisaron ayer
que este año se otorgaron 140 cargos en las cuatro grandes áreas de
investigación distribuidos proporcionalmente entre las distintas disciplinas.
Los 44 cargos restantes (del total de 604) fueron en tecnología. "No
existe un sesgo en la asignación de cargos", afirmó el presidente del
Conicet, Roberto Salvarezza.
"El Conicet otorga becas
para el doctorado de las universidades nacionales porque la Argentina necesita más
doctores [...] Hay una fracción que el Conicet recupera para seguir generando
conocimiento y el resto tiene que impactar en las demás áreas del país
-añadió-. Tendrían que estar trabajando en ministerios, municipios y el sector
privado. El doctor es un profesional altamente capacitado y el título tendría
que ser un plus para su calificación en la selección laboral."
Explicó que de los 1600
postulantes evaluados, 130 obtuvieron una recomendación para continuar su
proyecto de investigación propuesto en el sistema público y, aun así, no
ingresaron. "Hubo 800 que no estaban recomendados y no ingresaron",
dijo Salvarezza. Aclaró que el problema es que "se interpreta que una beca
es necesariamente un empleo [...] El becario es para el organismo un estudiante
de doctorado. Es una beca, no un sueldo".
Adelantó que este año les darán a
los becarios cobertura de obra social (muchos manipulan muestras de sangre,
virus o bacterias) y que se modificará el reglamento de becas "para que en
las 9 horas de docencia universitaria que tienen que cumplir puedan dar clases
en colegios secundarios". Y dijo que se le está entregando a YPF el
listado de doctores que no ingresaron a la carrera. "Los doctores
difícilmente quedan desocupados -agregó-. Muchos tienen cargos en las
universidades. Mejorar el sistema tiene sus tiempos y hay que mejorarlos."
Los integrantes de JCP argumentan
que necesitan dar clases en colegios porque no hay cupos rentados, o son muy
pocos, en las universidades. "Nos dijeron que tenemos la culpa de no ser
proactivos -dijo Pablo-, pero hay muy poca oferta laboral y es especialmente de
técnicos. Me hubiesen avisado antes y me pagaba yo, y no el Estado, una
tecnicatura [...]. Estos años se otorgaron muchas becas de doctorado y se
generó un cuello de botella. Hasta que no haya espacios para que esos doctores
puedan trabajar, el Estado no puede desentenderse del problema", opinó
Pablo
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