Con la inauguración parcial y adelantada del supuesto “Polo Científico” de las bodegas Giol por parte de la Sra. Presidente y en un acto en el cual fue llamativo, ya que el Ministro no pudo pronunciar discurso alguno, ni siquiera de bienvenida, y en el que la Sra. Presidente acaparó toda la atención, quedó demostrado que la prioridad de los burócratas fue construir en forma apresurada y con un costo superior a los 200 millones de pesos los 45000 m2 del ex edificio de las Bodegas Giol.
Entre tanto el “Plan Federal de Infraestructura para la Ciencia y la Tecnología” languidece entre demoras burocráticas y falta de presupuesto, ya que de las 50 obras que iban a realizarse en el período 2008-2011, para beneficiar a 20 Institutos con un costo estimado de algo mas de 402 millones de pesos y la construcción de laboratorios e edificios por una superficie total de 137.650 m2 cuadrados.
Hasta la fecha sólo se han iniciado obras, según la página oficialista “cienciacristina”, en 12 de ellos por una superficie total de 36000 m2 de los cuales, uno sólo, el del IFIBYNE – Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias en el campus de la Ciudad Universitaria abarcará obras por 10.000 m2.
O sea, a punto de finalizar el 2011, sólo se habría iniciado la construcción de menos del 25% de las obras calculadas.
Casi ninguno de ellos está terminado, a pesar que varios tienen proyectos de sólo 400 ó 500 m2 de construcción, o sea son muy pequeños.
¿Se debe a la inoperancia, burocracia, falta de fondos, corrupción (ya que no se llama a licitación para ninguna de las obras)???
Es imposible saberlo, ya que la transparencia del CONICET en este aspecto es cero y la capacidad de autocrítica nula.
El supuesto “Polo” como ya hemos afirmado anteriormente, no es un polo al mejor estilo de los que se conocen en el H. Norte, en realidad son solamente oficinas para burócratas y algunos pocos miles de metros cuadrados, que irán destinados a institutos, cuya lista cambia y se amplia o disminuye, en un excelente ejemplo de improvisación permanente, según para donde sople el viento y el capricho de unos pocos.
La falsía ministerial, llega al punto de hacerle creer a la ciudadanía y a los denostados medios: radios, diarios y TV, que las Bodegas Giol recicladas serán la cuna de centenares de científicos trabajando para el desarrollo del país.
La realidad indica que será un lugar confortable y unificado de trabajo, necesario por cierto, para los casi mil burócratas de planta y contratados del Ministerio y del CONICET, dispersos por numerosos edificios propios y alquilados en el centro de la ciudad de Buenos Aires, que ante el crecimiento numérico continuo ni siquiera podrán ser alojados en su totalidad en los nuevos edificios, aun no terminados, pero inaugurados, ya se sabe, por otro lado, que algunos burócratas serán ubicados en el edificio de la nefasta ex Escuela de la ESMA, donde supuestamente se habrá de ubicar el Museo de la Memoria y cerca del cual se habrán de instalar los empleados del Canal Digital Tecnópolis y otros que no habrán de caber en el edificio Gol parcialmente construido.
Seria interesante que el Ministro explique porque el Plan Federal está tan demorado y quien es el culpable de tal demora, y que medidas se han adoptado para cumplir con las obras previstas y si las mismas habrán de ser concluidas en el 2016 o en el año verde.
Entre tanto el “Plan Federal de Infraestructura para la Ciencia y la Tecnología” languidece entre demoras burocráticas y falta de presupuesto, ya que de las 50 obras que iban a realizarse en el período 2008-2011, para beneficiar a 20 Institutos con un costo estimado de algo mas de 402 millones de pesos y la construcción de laboratorios e edificios por una superficie total de 137.650 m2 cuadrados.
Hasta la fecha sólo se han iniciado obras, según la página oficialista “cienciacristina”, en 12 de ellos por una superficie total de 36000 m2 de los cuales, uno sólo, el del IFIBYNE – Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias en el campus de la Ciudad Universitaria abarcará obras por 10.000 m2.
O sea, a punto de finalizar el 2011, sólo se habría iniciado la construcción de menos del 25% de las obras calculadas.
Casi ninguno de ellos está terminado, a pesar que varios tienen proyectos de sólo 400 ó 500 m2 de construcción, o sea son muy pequeños.
¿Se debe a la inoperancia, burocracia, falta de fondos, corrupción (ya que no se llama a licitación para ninguna de las obras)???
Es imposible saberlo, ya que la transparencia del CONICET en este aspecto es cero y la capacidad de autocrítica nula.
El supuesto “Polo” como ya hemos afirmado anteriormente, no es un polo al mejor estilo de los que se conocen en el H. Norte, en realidad son solamente oficinas para burócratas y algunos pocos miles de metros cuadrados, que irán destinados a institutos, cuya lista cambia y se amplia o disminuye, en un excelente ejemplo de improvisación permanente, según para donde sople el viento y el capricho de unos pocos.
La falsía ministerial, llega al punto de hacerle creer a la ciudadanía y a los denostados medios: radios, diarios y TV, que las Bodegas Giol recicladas serán la cuna de centenares de científicos trabajando para el desarrollo del país.
La realidad indica que será un lugar confortable y unificado de trabajo, necesario por cierto, para los casi mil burócratas de planta y contratados del Ministerio y del CONICET, dispersos por numerosos edificios propios y alquilados en el centro de la ciudad de Buenos Aires, que ante el crecimiento numérico continuo ni siquiera podrán ser alojados en su totalidad en los nuevos edificios, aun no terminados, pero inaugurados, ya se sabe, por otro lado, que algunos burócratas serán ubicados en el edificio de la nefasta ex Escuela de la ESMA, donde supuestamente se habrá de ubicar el Museo de la Memoria y cerca del cual se habrán de instalar los empleados del Canal Digital Tecnópolis y otros que no habrán de caber en el edificio Gol parcialmente construido.
Seria interesante que el Ministro explique porque el Plan Federal está tan demorado y quien es el culpable de tal demora, y que medidas se han adoptado para cumplir con las obras previstas y si las mismas habrán de ser concluidas en el 2016 o en el año verde.
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