miércoles, 1 de junio de 2011

CONICET: el próximo 4 de junio festejamos el 3er.aniversario de la corrupción en nuestra institución.

El 4 de junio es el día que festejamos con un crespón negro la corrupción en la administración en el CONICET, aunque en realidad deberíamos sentir vergüenza ajena por nuestras autoridades, ya que siguen cometiendo todo tipo de tropelías, sin que se les mueva una pestaña.


Los artículos previos que hemos publicado en este blog sobre la administración corrupta del CONICET dan prueba que la corrupción abarca todos los niveles de nuestro país y que no sólo se limita a las administraciones municipales, provinciales o nacionales, sino que también ocurre en los organismos que administran los escasos recursos que el gobierno federal otorga para apoyar y subsidiar a la ciencia.


La prueba que los bajos salarios y la corrupción constituyen temas que preocupan a nuestros lectores, es que el número de seguidores permanentes de este blog va en aumento y las visitas diarias a los artículos aumentan, de acuerdo al sistema de seguimientos de blogs y páginas webs, Google Analytics, que permite saber cuales son los artículos mas leídos, etc.


L corrupción en el Conicet causa daños en nuestra comunidad interna.


Los funcionarios dedicados a llenarse los bolsillos por métodos ilícitos no tienen tiempo para atender los justos reclamos de sus empleados, ya sean administrativos o científicos.


Ellos poseen otros métodos para acceder a una mejor situación económica y dedican todas sus energías a enriquecerse a corto plazo.


La corrupción favorece la consolidación de élites y burocracias políticas y económicas tanto dentro del CONICET como del Ministerio.
Erosiona la credibilidad y legitimidad de los gobiernos, de sus empleados, de los becarios, de los técnicos y de los investigadores. Reproduce una concepción patrimonialista del poder.


Reduce los ingresos fiscales e impide que los escasos recursos públicos dedicados a nuestra área coadyuven al desarrollo y bienestar social. a través de la ciencia y de la tecnología.


Permite la aprobación y operación de reglamentos, decisiones del Directorio y de la Presidencia y de programas y políticas, sin sustento o de legitimidad dentro de la comunidad científica.
Revitaliza una cultura de la corrupción y contribuye a su proliferación en todos los niveles del CONICET...


Un CONICET más transparente, más justo, y más eficiente es nuestra meta.

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